Esto no es una noticia, crítica, reseña o apunte sobre cómics... aunque algo tiene que ver.
Y tenías ganas de contarlo.
Tengo un colega unos años menor que yo (20 años) y que su pasión es y ha sido siempre el Death Metal. Ha tocado en varias bandas con amigos, colegas y conocidos. Más o menos grandes pero siempre haciendo lo que le gusta. Un buen día vio que una de Death Metal a la que él admiraba buscaba un cantante nuevo (el último desapareció, no sé qué pasó). Los integrantes de ese grupo ya tocaban en festivales cuando él llevaba pañales y tras un tiempecillo de espera... fue el elegido. Un chaval de, por aquel entonces, 18 añitos consigue estar en la banda que tanto había admirado, jaleado, coreado, animado y escuchado... como cantante!
Lo mío no es tan radical... pero cuando empecé en este viaje (que nunca debe acabar, que diría Kavafis), ya no de leer cómics, sino escribir en pequeños blogs que nadie leía, algún que otro prólogo "de negro" que otro firmaría... nunca llegué a imaginar que, aunque el camino es largo ("y se hace al andar", que diría Machado), me ofrecerían participar, primero de Colaborador, luego de Redactor Editorial, en esa publicación que siempre consideré (y sigo considerando) la más importante, serie y científica de cuantas estudian la Historieta en nuestro país (y en nuestra lengua)... y el lugar que ocupa en las extranjeras me lo guardo (que no las conozco todas... pero muy alto). El día que Manuel Barrero me ofreció colaborar en TEBEOSFERA (después, formar parte de esa gran "tebeofamilia"), me sentí como mi amigo el metalero. No habien llegado a una meta... pero sí andando por el mismo camino por el que había empezado... aunque esta vez, de la mano de los grandes.
Y no, nadie me paga por esto. Sólo quería decirlo. Gracias a todo el que haya aguantado.
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